"Uba" de Aruba
- Carolina Jaimes Branger
Los arubeños no se sienten
ni mejores ni peores a nadie,
ni discriminados, ni ninguneados,
ni pisoteados por ninguna
planta insolente de ningún extranjero
Como recientemente pasé una semana recorriendo la isla fue inevitable la comparación con nuestra Venezuela. Situada a sólo 20 km de las costas de Falcón, Aruba es una isla agreste, muy árida, con aguas cristalinas y arenas blancas, pero sin playas que puedan compararse a las venezolanas. En Venezuela tenemos 1.000 kms de playas que podríamos haber desarrollado para el turismo, y es muy poco lo que se ha hecho en ese respecto.
Aruba, que no tiene petróleo, vivió primero del oro, luego de la explotación de la sábila (aloe) en el siglo XIX, y más tarde, en el siglo XX, de la refinería que instaló la Standard Oil (hoy Exxon). La crisis de principios de los ochenta causó el cierre de la refinería, y desde entonces los arubeños, como no tenían quien les financiara misiones, se dedicaron de lleno a explotar el turismo. Bienvenidas las inversiones locales y extranjeras.
Hoteles, restaurantes y entretenimientos han hecho de la Antilla Neerlandesa un destino obligado de quienes buscan clima cálido y agradable, seguridad y diversas opciones para la familia completa.
Aruba está hoy encaminada a ser uno de los países más prósperos del continente americano sin que ninguna revolución socialista venga a frenar su desarrollo.
Lástima que cuando decidimos copiarnos de una "uba", hayamos escogido Cuba y no Aruba.
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