jueves, 11 de noviembre de 2010

No todas las calorías engordan igual

Dos estudios realizados en el departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra han demostrado que no todas las calorías engordan igual.

Así lo ponen de manifiesto sendos artículos publicados en Molecular Genetics and Metabolism y Journal of Nutrigenetics and Nutrigenomics, dos publicaciones relevantes en el campo de la nutrición. En ellos se describen los resultados de estas investigaciones, que comparan el aumento de peso provocado por dos dietas isocalóricas (con las mismas calorías), una de ellas rica en grasas y, la otra, rica en hidratos de carbono, ambas realizadas en roedores.

Según los resultados publicados, el aumento de peso no depende sólo de cuántas calorías se ingieran, sino, también, del tipo que sean. "Esta diferencia", explica uno de los autores del estudio, el catedrático de Nutrición Alfredo Martínez, "se debe a cambios epigenéticos en nuestras células". "Es decir, a cambios provocados por la dieta en la lectura de nuestros genes a través de un proceso que llamamos metilación", apunta.

Este proceso altera los genes de una manera determinada, de modo que, aunque no se pueda cambiar la genética heredada, sí se puede cambiar la actividad de los genes a través de la dieta. "Aquí se encuentra la gran revolución de la Epigenética", señala Martínez.

En este sentido, el especialista indica que distintas dietas generan distintas metilaciones en los genes y, por tanto, la lectura del código genético también se modifica. "Hasta ahora sospechábamos que nuestra dieta y la de nuestros padres, abuelos, etc., afectaba a nuestra genética, pero no entendíamos cómo se producía esta alteración: a través de los grupos metilo", expone el especialista.

En concreto, sus estudios han hallado que los macronutrientes de una dieta rica en grasas y de otra rica en hidratos de carbono afectan de forma diferente a un gen mitocondrial -el NDUFB6-, relacionado con la eficiencia energética e implicado en cambios en la metilación que explicarían por qué no todas las calorías cuentan igual.

Asimismo, según el profesor Alfredo Martínez, las investigaciones parecen indicar que los hidratos de carbono, en contra de lo que se suponía, engordan más que las grasas a igualdad de valor calórico. "Dicho de otra manera, ahora sabemos que no es igual ingerir 2.000 Kcal. con preponderancia de hidratos de carbono que hacerlo con una dieta más grasa", subraya.

CHANCE

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Googlearse: ¿Vanidad o necesidad?

Cada vez son más los internautas que teclean su nombre en Google o se googlean. Así lo refleja un estudio desarrollado en Alemania por el Instituto de Investigación de Mercados Innofact, según el cual 8 de cada 10 internautas confiesan haberse buscado a sí mismos en alguna ocasión en Google y 2 tercios de los que así lo han hecho han encontrado información sobre sí mismos en el buscador. Esta práctica tan extendida ha llevado incluso a crear un grupo en Facebook denominado 'Yo también he googleado mi nombre'. Pero cabe preguntarse si el acto de googlearse es fruto de la vanidad o de la necesidad.

Muchas veces el internauta desea conocer qué se dice acerca de él en la red y en qué lugares se dice, por mera curiosidad o por una cuestión de ego. El ego de algunos artistas les lleva incluso a la necesidad de contemplarse detenidamente en cualquier sitio que puedan aparecer. Artista o no, ¿quién de nosotros no se ha tecleado en Google por pura curiosidad?

Independientemente de que googlearse sea una cuestión de ego, necesitamos saber qué tipo de datos sobre nosotros mismos se pueden obtener a través de la red, teniendo en cuenta que, según el estudio desarrollado en Alemania, el 21% de los consultados halló datos en la red con detalles sobre su vida laboral y otro 17% se topó con información sobre su formación académica. De aquí se desprende que los datos que se recogen en el buscador pueden ser decisivos en muchos casos, por ejemplo para buscar empleo. A la hora de elegir candidato, muchas empresas realizan una búsqueda del mismo en Internet, lo que puede ocasionar alguna sorpresa inesperada.

De hecho, hace poco tiempo Google fue condenado a indemnizar a un internauta que descubrió que, al teclear su nombre en el motor de búsqueda, éste devolvía términos como 'violación', 'violador' y 'prisión'. Anteriormente el demandante había estado condenado por corrupción de menores, aún así el tribunal consideró que el buscador vulneraba su derecho a la privacidad y fue condenado a indemnizarle con 5.000 euros.

Google es la página web más visitada del mundo, por lo tanto, el hecho de googlearse puede ser un mero acto de inercia porque ¿cuántas búsquedas realizamos al día y qué cantidad de información podemos extraer de ellas? No es de extrañar que hagamos uso del buscador para ver qué aparece sobre nosotros mismos. Y es que la información en Internet no tiene límites o en este caso los establece, acertadamente o no, Google.

EL MUNDO