Cada vez son más los internautas que teclean su nombre en Google o se googlean. Así lo refleja un estudio desarrollado en Alemania por el Instituto de Investigación de Mercados Innofact, según el cual 8 de cada 10 internautas confiesan haberse buscado a sí mismos en alguna ocasión en Google y 2 tercios de los que así lo han hecho han encontrado información sobre sí mismos en el buscador. Esta práctica tan extendida ha llevado incluso a crear un grupo en Facebook denominado 'Yo también he googleado mi nombre'. Pero cabe preguntarse si el acto de googlearse es fruto de la vanidad o de la necesidad. Muchas veces el internauta desea conocer qué se dice acerca de él en la red y en qué lugares se dice, por mera curiosidad o por una cuestión de ego. El ego de algunos artistas les lleva incluso a la necesidad de contemplarse detenidamente en cualquier sitio que puedan aparecer. Artista o no, ¿quién de nosotros no se ha tecleado en Google por pura curiosidad? Independientemente de que googlearse sea una cuestión de ego, necesitamos saber qué tipo de datos sobre nosotros mismos se pueden obtener a través de la red, teniendo en cuenta que, según el estudio desarrollado en Alemania, el 21% de los consultados halló datos en la red con detalles sobre su vida laboral y otro 17% se topó con información sobre su formación académica. De aquí se desprende que los datos que se recogen en el buscador pueden ser decisivos en muchos casos, por ejemplo para buscar empleo. A la hora de elegir candidato, muchas empresas realizan una búsqueda del mismo en Internet, lo que puede ocasionar alguna sorpresa inesperada. De hecho, hace poco tiempo Google fue condenado a indemnizar a un internauta que descubrió que, al teclear su nombre en el motor de búsqueda, éste devolvía términos como 'violación', 'violador' y 'prisión'. Anteriormente el demandante había estado condenado por corrupción de menores, aún así el tribunal consideró que el buscador vulneraba su derecho a la privacidad y fue condenado a indemnizarle con 5.000 euros. Google es la página web más visitada del mundo, por lo tanto, el hecho de googlearse puede ser un mero acto de inercia porque ¿cuántas búsquedas realizamos al día y qué cantidad de información podemos extraer de ellas? No es de extrañar que hagamos uso del buscador para ver qué aparece sobre nosotros mismos. Y es que la información en Internet no tiene límites o en este caso los establece, acertadamente o no, Google. EL MUNDO |
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Googlearse: ¿Vanidad o necesidad?
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