lunes, 11 de julio de 2011

InfoCIUDADANO: Mi sobrino-ahijado, yo y el cáncer de Chávez

Golcar Rojas
(@golcar1 en Twitter)
MARACAIBO (infoCIUDADANO)
Julio/20011

Gabriel Gerardo Rojas Pérez, Gabo, tiene 18 años, es guapo, chispeante y alegre, siempre con el chiste a punto, le gusta el fútbol, la música, la historia y la geografía. La vida no nos ha permitido compartir personalmente tanto como quisiéramos, pero las redes sociales y los avances tecnológicos de las telecomunicaciones se han encargado de remediar ese distanciamiento real y lo ha compensado con una fluida comunicación virtual. Gabo no sólo es mi sobrino, sus padres me dieron la dicha de nombrarme su padrino de bautismo así que los vínculos afectivos podríamos decir que vienen multiplicados por dos.

Cuando el presidente Chávez salió a informar en un video transmitido en cadena nacional de medios que padecía cáncer, lo que desde muchos días antes conocíamos a través de informaciones filtradas, de bastantes especulaciones y muchos inventos, comenzaron a surgir a través de las redes sociales como Twitter y Facebook y por los mensajes del pin de Blackberry una serie de comentarios sobre el padecimiento de Chávez.

Estas burlas, tal vez debido a la historia particular de Gabo, que ha crecido en el seno de una familia en la que varios miembros han tenido que luchar contra el cáncer (lucha que no siempre resultó victoriosa como en el caso de sus abuelas, mi mamá una de ellas, que murieron víctimas de ese padecimiento), lo llevaron a escribir una sentida carta en la que expresa su punto de vista sobre la situación.

Algunos mensajes transmitidos por sus contactos, entre los que me incluyo, eran meramente informativos y muchos otros en son de chistes y burlas sobre lo anunciado por el mandatario en una especie de catarsis colectiva mediante la cual muchos queríamos, en algunos casos, desahogarnos y, en otros, poner al descubierto y desenmascarar tanto a Chávez, quien pretendió por largo tiempo ocultarle al país la verdadera situación de su salud, como a sus acólitos que no cesaron de decir mentiras, contradicciones y verdades a medias acerca del estado de salud del mandatario. Y que, al día de hoy, continúan mintiendo y manipulando a la población con mensajes y videos que más que informar sobre la situación tienden a confundir.

Lo más sencillo y claro sería que los médicos que tratan al presidente den un parte serio y claro en el que informen cuál es la verdadera situación del paciente, de qué tipo de cáncer se habla y en qué estadio se encuentra, así como cuáles son las expectativas que, desde el punto de vista científico, se pueden tener. Pero, por el contrario, lo que a simple vista parece estar sucediendo, es que están utilizando la enfermedad del presidente para manipular políticamente y sacar partido electoral de la situación.

Los mensajes y chistes, entre los que figuran algunos escritos por mí, fueron el detonante para que Gabo escribiera el texto que transcribo a continuación y esa carta fue el punto de partida para una interesante discusión que sostuvimos por el pin del Blackberry en horas de la madrugada y que también incluyo en este post porque considero que puede servir para que muchos tengan un poco más claros los sentimientos que la situación actual de Chávez pudieran estar generando.

La carta de Gabo

Primero, y antes que mi opinión sea juzgada, quisiera aclarar que aquí no estoy pidiendo compasión, ni lástima ni mucho menos “Pobrecito el Presidente” porque mucho que nos ha jodido pero, principalmente, porque esas expresiones son vetadas en mi núcleo familiar desde el momento en que uno aprende a hablar.

Recién salida del horno la noticia del tumor cancerígeno “sufrido” por el presidente de la República de Venezuela, Hugo Chávez, empezaron a salir los comentarios de costumbre con respecto al caso. Algunos serios, otros informativos, pero en su mayoría humorísticos y de celebración. Por suerte, la vida me ha dado la oportunidad de forjar amistades de más de 120 nacionalidades, de las cuales más del 90% al decirles: Soy venezolano, la primera reacción que me daban era una gran sonrisa y de una vez juzgarme como una persona muy alegre y feliz.

Ahora, ¿Con qué moral le digo yo a cada uno de ellos que vengo de un país donde más de ¼ de la población le desea la muerte a alguien? Sí, me da tristeza ver al nivel que hemos llegado los venezolanos, burlándonos y celebrando una enfermedad por la que todo el mundo se ha unido para combatirla. Es correcto, digo hemos, porque esas reacciones las he visto en mi familia, amigos, cercanos e inclusive ex–amantes; entonces me toca incluirme debido al famoso refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”.

El cáncer es una enfermedad que debilita las defensas y deja al cuerpo expuesto a que cualquier simple enfermedad como una gripe común dé la estocada final. Es una enfermedad que mata lento y con bastante dolor, dañando a la persona poco a poco hasta que ésta ya no puede más. Es correcto, hay tratamientos como la quimioterapia y radioterapia; los dos acaban con el cáncer, pero también con todo lo que consiguen a su paso. Sólo personas con mucha voluntad de vivir y más duros que un tronco son capaces de aguantar ese tratamiento.

La quimioterapia (siendo la más eficiente) consiste en administrar sustancias químicas como carboplatino y taczol al organismo. Estas sustancias entran el cuerpo y si la persona aguanta en promedio de 8 a 12 tratamientos con intervalos de unos 10 y 25 días entre sesión y sesión, arrasan con las células cancerígenas del órgano tratado, pidiéndole a Dios que no les haya dado tiempo de expandirse a otros órganos. Pero estas sustancias no son selectivas, es decir, no saben diferenciar entre el bien y el mal, por consecuencia, acaban con los glóbulos blancos, plaquetas, melanina (pigmentos de la piel y cabello), bajan la hemoglobina, entre otros efectos secundarios que no puedo recordar en este momento.

En palabras un poco más coloquiales, la persona pierde gran cantidad de sus defensas, se le cae el cabello, la piel se arruga y se pone áspera, las uñas se debilitan, se pierde la sensibilidad en los dedos, los labios se resecan, se debilitan algunos músculos e inclusive, afecta el ánimo de la persona, desde depresión hasta cólera pasando por angustia. Una vez completado el proceso, se hace un examen más, verificando que no queden más células cancerígenas, de ser positivo, más quimioterapias serán aplicadas, de ser negativo, al paciente le tocara ir regularmente (aproximadamente cada 4 meses) a un control médico para asegurar que su cuerpo sigue limpio; es decir, cada 4 meses, la angustia llega no solo al paciente, sino a sus familiares también.

Los familiares, esos sufren casi igual que el paciente, ellos tratan de ayudarle, desde llevarle frutas como ciruelas para la recuperación del organismo, hasta rezar y hacer promesas al Barbudo (como con cariño me refiero a nuestro Padre Dios) por la salud del paciente. Aquellos que sobreviven al cáncer, lo hacen luchando por una causa, por ejemplo, la de una madre de criar a sus hijos, no abandonarlos, que a pesar de tener un padre dispuesto a todo, ella no querer dejarle la tarea a él solo, por querer estar en la graduación de su hijo, de apoyar a su hija menor cuando su primer novio la deje o simplemente ayudar a su hermano menor, que considera su hijo mayor a encontrar de nuevo el camino. Hay muchos ejemplos de gente que lucha contra el cáncer e inclusive ejemplos más heroicos que el que acabo de “inventar” más arriba.

Una vez aprendido lo que es el cáncer, les pregunto, ¿siguen celebrándolo, deseándolo, alegrándose y burlándose del cáncer? O mejor dicho ¿se van a burlar de aquellas personas que perdieron la batalla? ¿o de aquellos que la ganaron pero a un costo muy alto? Mejor aún ¿seguirán burlándose de aquellos que aún siguen en la lucha? Por supuesto, esta pregunta va para ambos lados, le pregunto yo al Señor Presidente si con esos jueguitos de demostrar que es un héroe y que es invencible, ¿seguirá burlándose de la gente que lucha a diario por sobrevivir?

Yo soy de los primeros que celebraré la salida del presidente en el 2012 y haré todo lo posible por pertenecer a la generación que recoja los escombros dejados por el gobierno de turno. Pero algo que no le deseo es la muerte a nadie y, mucho menos de esa forma, porque sé lo que una persona pasa cuando padece una enfermedad de esa categoría. Por supuesto, también quiero que se haga justicia por los daños que ha hecho el Presidente actual de la Republica Bolivariana de Venezuela, pero cuando hablo de justicia, hablo de la justicia creada por la humanidad, de la que empezó con Hammurabi, cambió con los griegos, modificaron los romanos y hasta hoy en día se sigue usando y perfeccionando para castigar a los que obran en contra de los Derechos Humanos.

Para concluir, quiero decir que desde niño me ha apasionado bastante la historia y la geografía mundial. Desde que aprendí a leer estoy leyendo sobre grandes personajes históricos como, Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Napoleón Bonaparte, Rodrigo Díaz de Vivar, Guillermo El Conquistador, Saladino, William Shakespeare, Baludino IV, Isabel I, Juana de Arco, Macchiavello, Leonardo da Vinci… Y puedo continuar hasta la semana siguiente diciendo nombres. Como llamamos nosotros en esta vida “de casualidad”, cuando el presidente Hugo Chávez parte para La Habana para ser tratado por un “absceso pélvico” me estaba leyendo por primera vez la historia de Nelson Mandela.

Invito a todos aquellos que viven con un rencor tan inmenso que les hace celebrar dicha enfermedad a leer sobre Madiba y analicen cómo con rencor no se puede vivir y mucho menos gobernar. Cómo un hombre unió a un país, aplicando justicia de la humana e inclusive se apoyó en un deporte de blancos para lograr la hazaña. O mejor aún, como en su historia se demuestra que un país no puede emerger cuando 52% de la población tira para un lado y el otro 48% tira para el lado opuesto.

La conversa

Yo: Ahijado, está muy bueno lo que escribió. Pero hay que entender que cuando uno se alegra por lo que le está pasando a Chávez no lo hace porque le pase a él como ser humano sino a lo que ha representado para todo un país. La descripción inicial que haces de lo que es el cáncer se puede perfectamente extrapolar y observar que eso que hace el cáncer con el ser humano es lo que Chávez ha venido haciendo con todo un país. El ha sido como una enfermedad que mata lento y con bastante dolor, ha dañado a muchas personas poco a poco hasta que estas ya no han podido más. Familias enteras se han separado por su culpa y han sufrido y siguen sufriendo como quien tiene una enfermedad terminal.

Por eso, cuando te pregunten ¿cómo es posible que tu país se alegre porque alguien sufre de cáncer, diles que no es por el ser humano en particular sino por lo que ha significado para toda una población. Si a Hitler, Pinochet, Gadhafi, Mugabe o cualquiera de esos sanguinarios dictadores se los lleva un cáncer yo me alegraría también y lo celebraría. Como se celebró en España y aquí en Venezuela la muerte de Franco. No se celebra la muerte de un ser humano sino el fin de un régimen. Creo que no podemos permitirnos olvidar ni obviar lo que esos déspotas, incluidos Chávez y Fidel, han significado para tanta gente que ha sufrido tortura, persecución, emigración y todo lo que los regímenes autoritarios traen a los seres humanos que los sufren. ¿Qué Dios se encargue de ellos? Sí, que lo haga, pero no puedo dejar de pensar que mientras ellos se debilitan, sufren o mueren, sus víctimas tienen una posibilidad de vivir y volver a tener un futuro.

Gabo: Todo eso yo lo comprendo perfectamente, que eso era algo que tenía en mi primer borrador, pero lo borré porque se extendía mucho. Yo sé que se celebraría en dado caso el fin de un régimen, tal como pasó cuando Hitler se pegó el tiro. Pero qué vino después del suicidio de Hitler? El muro de Berlín, la separación de las Alemanias, el comienzo de la guerra fría y el cague a nivel mundial desde el 45 hasta el 89 que el mundo podía acabar en un invierno nuclear. Por supuesto, no le miento, caería bien que muriera el régimen por no decir personas, pero si cae el régimen mientras nosotros deseamos muerte, simplemente vamos a tener más años de desdicha.

Si el Presidente muere mientras nosotros, en vez de celebrarlo, trabajamos en conjunto, mientras luchamos por un país donde las diferencias políticas no dividan familias, mientras buscamos soluciones a los problemas o, simplemente, mientras pensamos de manera positiva en vez de preocuparnos por la muerte de alguien… Ahí sí tendremos país para recuperar. ¿Cómo llega Fidel al poder en Cuba? en una revolución en la que todos deseaban la muerte de Batista. ¿Por qué se forja una América libre de la esclavitud del reino español? Porque Bolívar luchaba por la libertad, con ideas y fundamentos, que lamentablemente la única forma era la guerra, ya es otro caso, pero entre sus ideas, las mayores de todas eran de libertad.

Yo: Y después vino la caída del muro y la reconciliación de las dos Alemanias. Como vino la recuperación de Chile y la de España. Nadie dice que uno se va a quedar en el rencor y el resentimiento, que es lo que ellos han hecho. Lo que es cierto es que el camino para la reconciliación y la superación de las diferencias y de las cosas que nos separan se inicia con la salida de los tiranos. Ya queda de Dios si lo hace por medio de un cáncer, también podría ser por un golpe de Estado o cualquier otro evento que, para el caso haría sufrir al dictador tanto o más que una enfermedad. Lo cierto es que el futuro sólo se podrá afrontar de manera diferente a partir de la salida de Chávez, sea por los medios que sea.

Fidel y Chávez llegaron al poder ofreciendo unos ideales que ellos mismos traicionaron y terminaron siendo mucho peores que lo que querían combatir. Cuando yo estuve en Cuba vi tal sufrimiento en la gente que habría sido capaz de despellejar poquito a poco a Fidel, me parecería que un cáncer sería muy poco sufrimiento para alguien que se jodió de tal forma en todo un país.

Gabo: Si, la reconciliacion de las Alemanias y la caída del muro vino 44 años después. Es cierto, todo va a empezar una vez que salga Chávez, por el medio que sea, eso es algo que esta más claro que el agua. Supongamos que sí sea por cáncer, bueno déjeselo a Dios. Si se muere, déjelo que se muera, una vez muerto, si se quiere, se celebra y después se actúa o si no se actúa de una vez. Pero ahorita, mientras está en el proceso, nada ganamos burlándonos, celebrándolo entre otras, lo único que ganamos es demostrar que somos la misma cagada que él y darle al mundo la razón de por qué ese hombre llegó al poder y permaneció por 13 años.

Vuelvo y repito, sólo se puede empezar a actuar una vez que él haya salido por el medio que sea, así sea que le picó el culo ayer y decidió renunciar. Pero si es por la muerte, supongamos que este cáncer lo mate en 6 meses (y que me perdone Dios por la expresión) en 6 meses como le digo, ahí sí celebramos y/o actuamos, pero durante esos 6 meses, hacer eso, es demostrar que los venezolanos somos el retrato de él.

Yo: Imagina que hay un perro rabioso mordiendo a todo un pueblo. Un día muerde a uno y le transmite la rabia y esa persona muere y sufre un montón para morir. Al día siguiente a otro y a otro después. Y uno ve al animalito y le da lástima porque es un ser vivo que sufre pero para poder salvar al pueblo completo hay que eliminar al perro, si nadie se atreve a eliminarlo y una penosa enfermedad amenaza con llevárselo, el pueblo entero se sentirá alegre de que, con suerte, esa enfermedad les quitará de encima ese animal que los está diezmando y haciendo sufrir.

Gabo: Yo no estoy buscando que digan pobrecito Chávez. Primero porque mucho nos ha jodido, pero principalmente porque esa clase de expresiones mi madre me las vetó desde el momento en que empecé a hablar. Yo pido es respeto para las personas que lucharon y luchan contra el cáncer y le pedí a los venezolanos cambiar su manera de pensar. Como vuelvo y le repito, ¿haciendo chistes y comentarios sobre el cáncer de Chávez va a hacer que sea peor? ¿o que lo mate más seguro? ¿o más feo? No, absolutamente no.

Solamente nos va a dejar una mala imagen de que somos la misma clase de monstruos que es él. En cambio, al momento en el que él muera, ahí sí celebren los que quieran y actúen los que quieran, sí habrá futuro…

Tomando el ejemplo del perro del pueblo… Supongamos que en vez de llevárselo, la única solución es inyectarlo con una sustancia que lo mata en 6 meses, así el virus morirá junto con el perro y no infectara a más nadie. Durante esos 6 meses tocará poner al perro en cuarentena, que nadie tenga acceso a él.

La gente del pueblo no va a ir a la celda donde está el perro a hacer fiesta durante esos 6 meses. La gente va a ayudar a los que siguen enfermos y buscar una cura por si por alguna razón el virus reaparece años o generaciones después. Una vez muerto el perro, lo sacan de la jaula, lo entierra o lo queman y ya, fin de la historia y si en un futuro viene otra vez el virus, ya el pueblo estará preparado para combatirlo porque tiene un valor muy grande que se llama experiencia.

Yo: Pero es que es una forma de celebrar que se vislumbra una salida a un problema que está fuera de nuestras posibilidades de resolver. Tomando el ejemplo del perro, si lo veo con retortijones, vomitando, sufriendo, me alegro, no por lo que él está sufriendo sino porque vislumbro pronto una liberación. Si lo miro, y lo pienso como si fuera yo, o una persona querida, o que no ha hecho ningún mal, no puedo alegrarme. Pero no me alegro por el sufrimiento del otro, me alegro por la posibilidad de ver un fin próximo que, por otro lado, podría estar muy lejano.

Hay perros a los que no se pueden controlar (podría ser el caso) tal vez no podemos ponerlos en cuarentena y entonces siguen jodiendo y hasta utilizando su enfermedad para manipular y someter a la gente. ¿No ves que Chávez ha utilizado su situación para engañar, burlarse, manipular? Entonces, sólo queda desenmascararlo.

Gabo: Ahora, entonces le pregunto yo, y se lo pregunto porque yo también me alegro por la salida del mal… ¿por qué en sus comentarios, en vez de reflejar el sufrimiento del perro no refleja la alegría de el futuro que puede venir? ¿Por qué en vez de decir “Fidel lo examinó”, “mi mama era un pan de Dios y murió de cáncer, porque ese hijueputa no pude sufrir también”, no dice mejor que (aquí si me disculpa, pero voy a decir la primera pistolada que se me ocurra) “en 6 meses se acaban los apagones”, “ya pronto tendré harina pan”. ¿Cree Ud. que con esa clase de comentarios (los primeros) lo va a desenmascarar? Sabemos que no, los Chavistas lo siguen a muerte… Exactamente a muerte, ¿qué pasó cuando murió Josef Stalin y Lenin? Ahí fue que ya el pueblo cambió su mentalidad y abrió los ojos, que hasta Leningrado y Stalingrado volvieron a su nombre original de San Petersburgo. Pero mientras esa imagen esté viva, sus seguidores van a seguir siendo ciegos y mientras uno siga haciendo esa clase de comentarios simplemente hacemos el ridículo y quedamos mal a nivel internacional.

Yo: ¿Y no es lo mismo? Es la alegría por un tiempo obscuro que está por pasar. Cuando yo digo digo “Fidel le metió el dedo”, lo hago porque él dice que Fidel lo diagnóstico. O sea, utiliza su estado para burlarse de nosotros como si fuéramos ignorantes. Entonces, es una manera de hacer entender que nosotros no somos tontos. Que él puede querer apelar a la lástima para seguirnos jodiendo pero que el jueguito está muy usado y no caemos en él.

Gabo: Y aquí en Venezuela se ha demostrado, la oposición no es capaz de desenmascararlo ni de hacer cambiar de bando a los chavistas, sino él mismo y la incompetencia de los que lo ayudan lo desenmascaran.

Yo: Por otro lado, si digo “mamá que era un pan de Dios murió de cáncer, por qué voy a lamentar que a un HDP le dé”. Es porque esa enfermedad no distingue. Si una buena persona muere de cáncer y la veo sufrir por eso, no voy a lamentar que alguien que sí se lo merece lo sufra y lo padezca.

Gabo: Vuelvo y repito, yo no pido lástima ni pobrecito, porque mi señora madre ya ha pasado por eso 2 veces y por casi 3 decenas de quimioterapias y aun así, algo que ella me ha prohibido usar es la palabra “pobrecito” y muchos menos dar y/o pedir lástima.

Yo: Él quiso apelar a la lástima y no lo logró. Después de que salió derrotado y moribundo se dio cuenta que la estrategia del pobrecito no le funcionaba y sacó un video que tenía preparado para hacer ver que está bien y trabajando. El usa su enfermedad para seguir jodiendo. Todo lo tiene medido y calculado. Como no les funcionó esa estrategia, ahora da el lunes libre para que se olviden de su cara de derrotado. O sea, juega con su enfermedad para tratar de ganar simpatías y recuperar las perdidas. Si nos ponemos en el plan de dejarlo porque el cáncer es terrible y no se le muestra a la gente lo que está haciendo seguramente logrará embaucarnos.

Gabo: Pero al enfatizar que lo que nos emociona es el cáncer (y lo digo es por la mayoría de comentarios que he escuchado de todos mis contactos) lo que hacemos es ofender a aquellas personas que perdieron, ganaron y aún batallan contra el cáncer. Esas personas como su mama (mi misma abuela), mi mamá, varios familiares y las miles de personas que saben lo que es eso y le tienen respeto a esa enfermedad porque saben lo que les tocó esforzarse. Y en el último párrafo Ud. me dio la razón, él mismo se desenmascaró y de suponer que muera mañana (pido disculpas por la expresión) ahí a los chavistas se les quita la ceguera…

Pero mientras él siga vivo, sólo seguimos ofendiendo a su mama (mi abuela), mi mamá, mi abuela por parte de madre, dos primas, un par de tías y miles más. Ud y yo estamos bien claros que si Chávez dice que el caballo no es blanco sino negro, que le cayó cloro, así uno le muestre el ADN del caballo a los chavistas, ellos van a decir que es negro que le cayó cloro. Pero, después, él con su incompetencia (o la de los que lo apoyan) se descubre solo.

Yo: No. Porque no es alegría porque sea cáncer. Igual me contentaría si es una gripe la que se le puede complicar y terminar en neumonía y llevárselo. Lo que pasa es que a ti te afecta más porque mezclas la situación de tu mamá y la de mi mamá con la de Chávez. Yo no lo mezclo. Por mi es como si se está muriendo de un uñero. Tu y yo lo sabemos. Pero hay mucha gente que ante una persona débil sucumbe. Como sucedió después del 11 de abril que vino bajito y arrepentido y la mayoría le creyó. Entonces, tengo que hacer lo que pueda para evitar que aunque sea una persona que me lea culipandee y para eso el sarcasmo y la ironía funcionan.

Gabo: Y así como yo lo comparo, la gente que lo padece lo hace también. Como vuelvo y le repito, yo no pido lástima. Si hoy se cae de la cama y se desnuca, es lo mismo, pero no enfaticemos en que se cayó de la cama y se desnucó, mejor remarquemos que tenemos la posibilidad de volver a crecer

Yo: En temas políticos hay que distanciar las historias personales que nos pueden hacer flaquear o debilitar. Hoy, antes de enviar lo de mamá, una amiga me había pasado una cadena de esas de “pobre lo que está sufriendo” y esas vainas. Cuando le envié la mía reaccionó y se dio cuenta que se estaba dejando manipular por sus sentimentalismo y porque tuvo familiares con cáncer.

Gabo: Hay comentarios en los que yo estoy totalmente de acuerdo, como por ejemplo, el de que es una burla, ese que Ud. Colocó. Eso sí es ayudar a desenmascarar, demostrar que lo de él es una manipuladera, más no hacer chistes sobre el caso. Y no es sólo en la política, en la vida, las historias personales hay que dejarlas de lado, eso uno lo aprende cuando pasa 6 meses esperando los dólares de Cadivi para poder comer, porque el hdp colocó el control cambiario y aquí en el imperio también hay una regla que me prohíbe trabajar. Yo no le digo que no desenmascare y le repito NO PIDO LÁSTIMA, pero una cosa es desenmascarar y otra es burlar.

Yo: No me burlo ni del cáncer ni de los enfermos de cáncer. Me burlo de Chávez y de sus pretensiones de utilizar la enfermedad para manipularnos.

Gabo: Bueno, entonces ¿por qué no enfatiza eso?

Yo: Pero, es que al leer todo lo que he dicho queda claro que no es del cáncer, por eso digo que mamá murió de cáncer para que vean que sé de qué hablo, y la vi agonizar hasta el último momento y no por eso voy a dejar que este cabrón (perdón) me manipule.

Gabo: Yo fui el primero que salió diciendo las pajas que habló en la cadena y desmintiéndole la cantidad de “guebonadas” que dijo y en ningún momento tuve que nombrar la enfermedad y pregúntele a su hermana mayor, sonaba más convincente que varios otros comentarios. Ahí si le pido perdón, hay comentarios suyos que yo no he leído, hay en unos con los que sí estoy de acuerdo, otros que no he leído. Yo sé que Ud. no se esta burlando de su mamá, simplemente, porque yo no lo haría. Mi carta no es que la escribí 100% pensando en Ud., sino también en más de 300 personas que he leído con comentarios atroces y ahí también le pido disculpas por no haberle dicho eso antes y dejar que desviáramos la conversa…

Yo: Lo que pasa es que yo, desde hace mucho tiempo he tratado de perderle miedo a las palabras. Como en el caso de “mongólico” (¿leíste lo que escribí?) Son palabras. Como cáncer, Down, sida, flor o casa. Sirven para designar cosas y no hay que evitarlas. A veces, hay palabras que nos afectan por las historias particulares de cada quien, pero que las evitemos o dejemos de decirlas, no hace que no existan ni las palabras ni las cosas que designan. Para mi decir las palabras me ayuda a quitarles ese halo de temor que puedan tener o inspirar.

Gabo: Por supuesto que estoy de acuerdo, a veces hay que ser vil con los comentarios, como lo fui yo, al explicar qué es el cáncer. No lo voy a negar, al pensar en mi mamá, escribiendo eso, casi se me salían las lágrimas. Pero también hay comentarios que están fuera de borda. Así como Ud. tiene razón, también la tengo yo, porque si enfocamos mucho de lo que padece ese señor, entonces tendremos también una espada de doble filo. Hay que tener cuidado, porque supongamos que yo fuera un necio en vez de Gabriel Rojas, leyendo cualquier comentario descuidado, puede transformarme en un ni ni. Es por eso que hay que explorar las dos caras de la moneda. Yo sé que tanto Ud. como yo, no nos burlaremos de una enfermedad que conocemos, pero hay que pensar en la gente que no piensa tanto, también.

Llegaron la dos y media de la madrugada y la conversa la dejamos hasta allí pero me quedó una extraña sensación de que posiblemente, esta discusión podría ayudar a aclarar los sentimientos encontrados que muchos venezolanos puedan estar eperimentando en estos momentos.

Desde aquí, sólo me queda darle la bendición a mi sobrino-ahijado y reiterarle mi cariño y admiración, recordando que, evidentemente, esos sentimientos que tiene y esa capacidad para pensar y reflexionar son muestra de que está hecho de buena madera.

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