martes, 19 de octubre de 2010
Los metamensajes son responsables de la mayoría de los conflictos entre las personas
PNINET
lunes, 18 de octubre de 2010
Eduardo Samán "Desconozco el motivo de mi salida y no he podido hablar con Chávez"
El ex ministro de Comercio Eduardo Samán |
Credito: Luis Eduardo Baciao |
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- Oswaldo López
Durante muchos meses el ex ministro de Comercio y ex presidente del Instituto para Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), Eduardo Samán, se encontraba de bajo perfil, hasta que decidió hablar.
“Estaba esperando que pasarán las elecciones del 26 de septiembre (…) Yo no voy a hacer nada que dañe al proceso, y mucho menos me iré a la derecha, soy un revolucionario y acompaño al comandante Chávez porque creo que él es un factor esencial e imprescindible en este proceso…”
Desde su sorpresiva salida del tren ministerial se despertaron muchas interrogantes en la opinión pública que apoya al Gobierno así como la adversaria a éste.
Cientos de artículos de opinión, análisis y comentarios circularon por los diversos medios de comunicación, en especial los portales web, exigiendo una explicación del porqué de su salida. Y es que la gestión de Samán no pasó por debajo de la mesa, como en otros casos sucede.
Durante su desempeño como ministro se ganó el afecto de muchos y el odio de otros. Las amenazas, improperios y maldiciones se fusionaban entre paquetazos de arroces en la cara con la admiración, el cariño y el respeto hacia el también profesor universitario.
En la gestión de Samán se ejecutó, entre otras cosas, la nacionalización de la cadena de hipermercados Éxito y de la red de automercados CADA.
Como dato curioso resalta que justo el día en que se inauguraban los hipermercados Bicentenario, el 10 de febrero de este año, el presidente Hugo Chávez, desde la capital larense, anunciaba la salida de Eduardo Samán del Ministerio de Comercio y del Indepabis, sin ofrecer más detalles de los que hasta ahora se conocían.
“Yo sugerí la expropiación de Éxito, pero, la decisión la tomó el Presidente (Chávez). De igual forma, sugerí la expropiación de los CADA, y hubo una molestia de los compañeros por eso, diciéndome ‘tú no eres quién para decidir qué se nacionaliza o qué se expropia, esto es una decisión que toma el Presidente’”.
—¿Quiénes se molestaron con usted?
—Los compañeros que llevaban el sector de la agricultura y alimentación. Recuerda que yo dije lo de los CADA porque, entendiendo como funcionaba Cativen (Cadena de Tiendas Venezolanas), era imposible nacionalizar Éxito sin nacionalizar los CADA, porque la logística es común para ambos sistemas, Éxito-CADA; era la misma logística, los mismos camiones, los almacenes, y fue la decisión que toma el Presidente justo el día que me botó.
—¿Y por qué sale del Ministerio de Comercio?
—La única persona que sabe es el Presidente.
—¿Y usted aún no sabe el porqué?
—Lo desconozco. Es más, todos los ministros desconocen las causas de su salida; simplemente les mandan una carta o los llaman por teléfono, como fue mi caso, que me llamó el Vicepresidente (Elías Jaua) y me pidió que entregara el cargo, pero no me explicaron el porqué yo salgo.
—Pero, ¿cuál es su hipótesis?
—La que cobra mayor fuerza, visto todo lo que pasó y visto todo lo que ocurre, es una amenaza de desabastecimiento que aparecía en todos indicadores que recogía el Ministerio de Planificación, o por lo menos eso le hicieron creer al Presidente.
—¿Esta amenaza a la que se refiere provenía de la burguesía?
No, vale, qué burguesía; era la boliburguesía interna o, para llamarlos con respeto, los reformistas.
—¿Puede dar los nombres?
—No, vale, porque se me pude escapar mucha gente.
Hipótesis de la salida
Samán revela que, previo a su salida, se efectuó una reunión en la Vicepresidencia de la República, entre ministros y autoridades gubernamentales con altos ejecutivos de empresas agroindustriales y productoras de alimentos. “Creo que fue una celada que me tendieron los propios compañeros”.
“Lo que sucedió en esa reunión es que yo asumí una posición de intransigencia, porque me parecía que era ilógico que se permitieran aumentos, como por ejemplo los de los helados, cuando no se había aumentado la electricidad, la leche ni el azúcar, ni en ese momento habían aumentado los salarios.
Sólo habían aumentado unos emulsificantes que compraban en dólares a 2,15 y pasó a 2,60, pero ya los helados estaban sumamente caros y ellos se amparaban en que no eran productos de primera necesidad. Eso fue uno de los impases que hubo en la mesa con un representante de industrias Polar.
“Yo fui muy duro con ellos, cuando otros compañeros les dijeron: ‘sí, aumenta, pero no mucho’. Ahí se dio todo un conflicto porque yo contradije a mi compañero, en plena reunión con los empresarios, y yo creo que eso lo usaron en mi contra”.
—¿No ha tenido la oportunidad de hablar con el Presidente Chávez después de su destitución?
—Sí, yo hablé con el Presidente. Él me dijo que eso es un hecho de estrategia, que la política, como el béisbol, es un tema de jugar posiciones. Yo no puedo obligar al Presidente a que explique, él es libre de poner o sacar…
Capitalismo y socialismo: ¿nueva burguesía?
Samán se declara, sin ningún tipo de pudor, comunista “y de los más radicales”, por ello considera que trazar puentes al capitalismo para desde allí edificar las bases del socialismo, es un error. “Creer que tenemos que fortalecer una burguesía para desarrollar el capitalismo, para luego pasar al socialismo es dar tumbos. Yo creo que eso no es correcto porque ya tenemos una dosis y hay un retroceso. Aquí se fortaleció a una burguesía bolivariana y fíjate cuál ha sido el resultado”.
—¿Usted dice que en la Quinta República se ha fortalecido una nueva burguesía?
—¡Claro!, ahí no está, por ejemplo, (Ricardo) Fernández Barrueco. Esa fortuna no la hizo en la cuarta, la hizo en la quinta.
—¿Y están vinculados al Gobierno?
—No necesariamente. La Polar es más rica en este Gobierno y no está vinculada, para nada, al Gobierno, y ha tenido más ganancias durante este Gobierno.
—¿A qué se debe eso?
—Chávez ha sido el factor para que no desaparezca la burguesía en estos años de globalización feroz de capitalismo y neoliberalismo. En este país todavía existen las farmacias independientes; en otros países las grandes cadenas volaron con las farmacias independientes, aquí existen los negocios como zapaterías, mueblerías (…) esa era la gran amenaza en la Cuarta República: el pez grande se comía al pez pequeño, Chávez ha impedido eso.
Entre pupitres y el “raquitismo” comunicacional
En la actualidad, Samán continúa desempeñándose como profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), además de ser el responsable, ad honórem, de la sección de economía del Diario Vea.
“Yo no estoy amarrado por un cordón umbilical a ningún cargo, ni al gabinete; yo soy un soldado de esta revolución y yo creo que desde aquí, desde Vea, puedo pelear y creo que soy más útil que como Ministro, porque en el tema comunicacional estamos muy débiles, muy raquíticos…”
—¿A qué se debió el retiro de su candidatura en las internas del PSUV para optar a ser diputado por el circuito 5 de Caracas?
—Si nosotros aceptamos estar en un partido es para obedecer las líneas del partido.
El Presidente me explicó que había una estrategia determinada y mis aspiraciones personales no pueden entorpecer esa estrategia. Yo me inscribo porque el Vicepresidente (Elías Jaua), cuando me pide que deje el cargo, me dijo que el Presidente había dicho que yo evaluara la posibilidad de ir a la Asamblea Nacional, eso me lo dijo Elías, pero después hubo cambios de parecer.
Gestiones al filo del cuchillo
Samán cree que el desempeño de algunos gobernadores y alcaldes influyó en la abstención del chavismo en las pasadas elecciones. “Si tú ves la secretaria de un alcalde hoy, y mañana se compra una camioneta último modelo, entonces tú dices, ‘epa, y cómo es eso. Ella tiene un mes y ya anda en camionetas lujosas…’
“Hubo más de dos millones de los nuestros que no se movilizaron, que están descontentos. Yo digo que la corriente radical debe capitalizar ese descontento hacia adentro, o sea, no permitir que esta gente, que no se movilizó, se vaya a la derecha (…) La derecha es la muerte, es el fascismo, es el racismo, es el retroceso, es el entregar el país, entregar el petróleo, es la esclavitud…”
En un recuadro
¿Un Indepabis blandengue?
Samán asegura que el Indepabis, luego de su salida como presidente de esa institución, “no inspecciona las panaderías”, porque, según él, hubo un acuerdo de no agresión entre el Ministerio de Comercio y la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan).
“Para que ellos no fueran a huelgas y para que no se pararan el Indepabis acordó hacerse el loco con el aumento indebido del pan. Entonces, prohibieron a los fiscales que inspeccionaran las panaderías y que las cerraran. Que me lleven a la Fiscalía y me juzguen por lo que estoy diciendo, pero es la verdad.
“Cuando los fiscales del Indepabis hacían una inspección, el panadero llamaba al de Fevipan, el de Fevipan llamaba a la viceministra (para el Comercio Exterior), Carlina Pacheco, y ella llamaba a la presidenta del Indepabis (Valentina Dos Querales Wolkow) para llamarle la atención de que se le estaba haciendo un acto a un panadero, y entonces tenían que deshacer eso…”
Las dos oligarquías
Las elecciones son cada vez más inútiles en nuestro país. Aquí estamos votando desde hace más de medio siglo y hasta ahora no se ha resuelto mediante ellas un solo problema nacional. Es que las elecciones tienen un solo papel o cometido, abordar y solucionar los problemas de la prioridad que estén planteadas en el seño de las oligarquías dominantes.
Venezuela tiene hoy una oligarquía dividida o escindida en dos troncos. Tenemos la oligarquía bolivariana y la oligarquía escuálida. Iguales ambas, por sus orígenes, por su conducta y por su ideología, las dos son hijas del presupuesto y sólo tienen unos labios ávidos para chupar cuanto recurso sea colocado cerca de sus narices que son capaces de captar hasta un olor situado a kilómetros de distancia.
La oligarquía bolivariana alternó con los adecos y los copeyanos y de ellos aprendió el sublime arte del atraco, Los códigos y las leyes tienen todos una moral muy elástica. Cuando el atraco lo perpetra un ciudadano particular, las leyes definen ese acto como delito que pone en marcha los mecanismos defensivos existentes para castigar el crimen y prevenir la imputación del delincuente. Pero si el atraco se comete contra el patrimonio del Estado por un funcionario calificado para manejar una institución del mismo Estado, se convierte en un acto administrativo que merece elogios en los círculos políticos.
La oligarquía bolivariana estuvo muchos años a la vera del gobierno haciendo méritos para recibir alguna dádiva de Carlos Andrés Pérez, pero los adecos, en el cenit de su influencia como capos mayores del gansterismo electoral, no necesitaban la ayuda de estos mendigos de la política. Una buena mañana, los militares que para constituirse en camarilla saqueadora necesitan insurgir, promovieron y realizaron el golpe fallido del 4 de febrero.
Fue el golpe más torpe por su concepción disparatado y su ejecución mediocre. Recuerdo lo que nos contaba José Francisco Jiménez, muerto en hora inícua hace dos o tres años, de sus experiencias la noche del 3 para el 4 de febrero: la incapacidad de aquellos militares para montar un tanque de guerra en una gandola de piso bajo, la incapacidad demostrada luego en Miraflores y por último, su rendición sin disparar un tiro. Los hampones no presumen de héroes ni le cobran a la República ventajas que producen pero casi todos mueren peleando en la tórridas madrugadas de Caracas. El relato de José Francisco Jiménez habría servido para reprobar a los militares del 4 de febrero si su actuación de aquella noche fuera sometida a examen.
La oligarquía bolivariana está hoy constituida por dirigentes políticos como Aristóbulo Istúriz y José Vicente Rangel dueños de saneadas fortunas hechas bajo la sombra más benévola que pueda existir en nuestro país. Aquella que protege los pasos de los gobernantes inescrupulosos. Aquí cae primero preso el cardenal arzobispo de Caracas que algún amigo del presidente de la República, así cometa delitos de lesa Humanidad.
La oligarquía bolivariana ha hecho ya la acumulación primitiva del capital que ocurre cuando una camarilla llega al poder e inicia el saqueo de las arcas del Estado. Le toca ahora hacer lo que ya hicieron en su tiempo los gomecistas, los adecos, los copeyanos y los perezjimenistas, invertir los recursos hurtados para que la plusvalía se transforme en capital. Eso no lo harán los miembros de la oligarquía bolivariana sino en el momento en que los recursos depositados por ellos en las cuentas numeradas de la banca suiza pasen la etapa que llaman de la incubación. La acumulación primitiva del capital robado al fisco cesa en general cuando pueden pasar los fondos –quienes sean sus dueños– de un paraíso fiscal a cualquier Estado. Por desgracia para sus integrantes, los miembros de la oligarquía bolivariana están en general, lejos de llegar a ese momento en que el capital robado se vuelve honorable.
La otra oligarquía, la que tildaremos de escuálida, aunque no sea la palabra más correcta, tiene a su favor la fortuna de que tal palabra pronto prendió en el vocabulario popular. La oligarquía escuálida, se parece a la oligarquía bolivariana en el origen de los fondos, en la habilidad para esconderlos y en la sagacidad mercantil que han adquirido sus miembros. Pero hay rasgos que distinguen a la oligarquía escuálida de la oligarquía bolivariana. Es más culta y capaz la oligarquía escuálida. Ya la oligarquía escuálida tiene diplomas de la London School of Economics o del Massachussets Institute of Technology. Sigue esta oligarquía ligada al Estado y ahora, cuando el fin del régimen chavista se vislumbra en el panorama, las ligazones de esta oligarquía con el Estado tenderán a incrementarse.
Si el exponente más caracterizado de la oligarquía bolivariana es Aristóbulo Istúriz quien es negro de oficio o de profesión, el más destacado exponente de los escuálidos aburguesados es Diego Arria, enriquecido bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Sin embargo, Arria tiene un defecto que Cantinflas habría definido como una cierta falta de ignorancia. Los personajes de las oligarquías del peculado en Venezuela deben ser criollazos que beban el Santa Teresa carta roja a fondo blanco, jugar de vez en cuando bolas criollas y llevarle algunas flores a María Lionza cuando sea oportuno hacerlo.
Las dos oligarquías terminarán enlazándose. No hay modo de producción más absorbente que el capitalismo. Un sistema donde se compra para producir y se produce para vender, es el sistema más dinámico que haya existido en el mundo.
Lo que cayó en 1991 no fue el capitalismo, cayó ese año el llamado socialismo real que era tan corrompido, pesado y rígido que terminó convirtiéndose en lápida. Para lápidas las de los cementerios, las demás sobran.
El socialismo bolivariano pierde todos los días una batalla. Llamar al socialismo bolivariano sería como hablar de un comunismo fascista.
Simón Bolívar fue un hombre conservador, no incurren en yerro los historiadores de Colombia cuando lo catalogan como fundador del Partido Conservador. Cada compañero bolivariano que consigue unas puyitas deserta sin tardanza, los hombres son farsantes mientras andan limpios.